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“Netflix surgió porque las salas dejaron de lado a la gente que quiere ver cine de calidad”

Silvio Caiozzi presentó su ultima película, “…Y de pronto el amanecer”, en el Ciclo de Cine Chileno de Cine UDD y conversó largamente con los alumnos de nuestra carrera.

El director Silvio Caiozzi abrió el Ciclo de Cine Chileno de Cine UDD con su película “…Y de pronto el amanecer”. Lo hizo acompañado del productor y cineasta Edgardo Viereck. Ambos conversaron largamente con el periodista Rodrigo Alvarado y los alumnos de nuestra carrera que llegaron al Auditorio 114.

El director, quien se inició en el cine al alero de una generación dorada (Raúl Ruiz, Helvio Soto y Aldo Francia), es uno de los cineastas chilenos vivos más trascendentes de la industria audiovisual. De hecho fue de los pocos cineastas que se quedó en el país durante la dictadura, trabajó en publicidad (ganó un León de Oro en Cannes por el spot “Indio Firestone”), e incluso logró, a pesar del apagón cultural, estrenar “Julio comienza en Julio” en 1979.

“La luna en el espejo” (premio «Mejor Actriz» para Gloria Münchmeyer en el Festival de Venecia), “Coronación” y «Naturaleza muerta con cachimba», todas adaptaciones de novelas del escritor José Donoso, han recibido más de 60 premios en otros importantes festivales, como Trieste (Italia), Montreal (Canadá), Huelva (España), La Habana (Cuba) y Nueva York (EEUU).

En 2007 la Cámara de Diputados de Chile galardonó a Caiozzi con el «Reconocimiento a la Creación y Desarrollo de la Industria Cinematográfica Nacional» y cinco años después recibió el Premio «Pudú de Oro» a la trayectoria en el XIX Festival de Cine Internacional de Valdivia, Chile.

En Cine UDD presentó su última película, tras 13 años de silencio fílmico. Se trata de una cinta inspirada en Jaime Casas, un escritor que le da un portazo a su pasado sureño y promisoria pluma, para convertirse en un ser anónimo en la capital, haciendo horóscopos e historietas. Después de 50 años haciendo lo que no le gusta hacer, decide volver.

-Marcelo Ferrari, director de Cine UDD, nos envió una pregunta: En el avant premiere de «Y de pronto el Amanecer», hablaste del cine como un acto de magia contagiosa. ¿Por qué?

-Porque es un sueño que está en la cabeza de unos pocos, que no existe, que es pura fantasía, imágenes, pero que contagia y logra apoyos que permiten concretar la película. Esa es parte de la magia maravillosa que tiene el cine.

-¿Cuáles fueron esos sueños?

-Esto partió hace 13 años cuando conocí a Jaime Casas, un escritor nacido en Coyhaique. Gran parte de su obra está basada en cuentos y personajes que conoció en su infancia y juventud. Leo esta obra y comienza el contagio: recuerdo el Chiloé antiguo que conocí, empiezo a sentir a los personajes, los olores, y le propongo que hagamos una película de estos personajes maravillosos, algunos incluso los alcancé a conocer cuando viajamos al sur.

-En “La luna en el espejo” trabajaste el guión con José Donoso, autor cuya obra llevaste a la pantalla grande también con “Coronación” y “Cachimba”. Ahora lo haces con Jaime Casas. ¿Cuál es la recomendación para trabajar el guión con novelistas?

-Raúl Ruiz decía una cosa muy inteligente: “El cine es como un teleobjetivo y la literatura es como un gran angular”. Y tiene la razón. Yo me fijo en los pequeños detalles de todo, los momentos, las emociones, ese instante que queremos mostrar, pero el gran angular se encarga de toda la vida, la historia que lleva el personaje atrás. Por eso me gusta trabajar con literatos. Hice “Julio comienza en Julio” con Gustavo Frías, y también con él tuve una experiencia extraordinaria. Nos complementamos bien.

-En términos de producción, y esta es una pregunta para Edgardo, ustedes empezaron a hacer cine en un tiempo muy distinto al de hoy, en que los cineastas jóvenes optan a fondos del estado y en festivales en el extranjero. ¿Cuáles son sus estrategias?

-E.V.: Yo soy de una generación de transición. Empecé a hacer películas cuando apareció el fondo audiovisual, que te financia un 15% de la película y funciona más bien como un aval para gestionar canjes y financiamientos privados. Llegué a este proyecto cuando llevaba 5 años, tenía el guión y dos financiamientos internacionales. La lógica era ir a los grandes concursos pero el fondo audiovisual le dijo que “no” tres veces a este proyecto. Decidimos ir a Chiloé a buscar financiamiento. Llamé a la señora del alojamiento y en 2 horas me dijo que sí. O sea, 45 personas durante 6 meses es mucha plata, entonces seguimos esa pista y conseguimos transporte y también alimentación con Enjoy. Son millones y millones de pesos conseguidos con gestión local. Así continuó la magia.

-Estudiante: La película fue rechazada 3 veces por el CNCA pero una vez hecha ganó el Gran Premio a la Mejor Película del Festival de Cine del Mundo en Montreal. ¿Cree que el cine chileno es más valorado afuera que en nuestro país?

-Lo curioso es que en los últimos años el cine chileno está viviendo algo muy raro. Nunca antes en la historia ha habido tanto premio de primer nivel, y al mismo tiempo, nunca antes el cine nacional ha tenido tan poco público como ahora. Antes decían que no tenía calidad, tecnología, pero eso se acabó. Entonces ¿por qué? Bueno, hoy la posibilidad de hacer publicidad es más difícil, antes uno publicaba en dos diarios y un canal y lo veía todo Chile. Hoy estamos invadidos por imágenes en múltiples plataformas. Por eso Hollywood gasta 3 veces más de lo que cuesta la película en promoción y tenemos que competir con eso, cuando en Chile la plata se acaba antes de que la película llegue a las salas.

-¿Cómo ha sido la recepción de la película?

S.C.: Resulta que para fomentar la exhibición de cine chileno en salas comerciales, se llegó a un acuerdo en que las cintas nacionales podían tener como mínimo 17 salas. Este convenio cada vez les gusta menos a las salas. Mi película la pusieron en 35 salas pero nos encontramos con algo extrañísimo: la única película que no estaba anunciada era la nuestra, las publicidades estaban alejadas de las cajas o escondidas, el horario en todo Chile, menos en Hoyts La Reina donde hemos estado 7 semanas, fue a las 22 horas. Lo más insólito es que no pocas personas me comentaron que en caja les preguntaban “¿está seguro que quiere entrar porque va a salir a la 1:15?” Son triquiñuelas para liberar las salas y poner “películas Fantasilandia”, que son un negocio fácil.

E.V.: Hollywood hace el 15% de las películas del mundo pero ocupa el 98% de las salas. La pregunta es ¿cómo lo hacen? Y la respuesta es boicoteando el cine local.

-¿Hay esperanza?

-Sí. Antes que se suiciden les cuento que en este mundo monopolizado surge Netflix ¿por qué? Porque las salas dejaron de lado a la gente que quiere ver cine de calidad. Los productores de Hollywood abandonaron a la mitad de su público y lo dejaron sin salas para ver cine europeo, asiático, latinoamericano, etc.; deberían renunciar por malos.